jueves, 5 de agosto de 2010

AMIGAS y AMIGOS:

El contexto político actual, y sobre todo, una fuerte demanda social, nos van poniendo cada vez más en situación de acelerar el proceso de construcción de un frente amplio y progresista tal cual lo venimos impulsando desde hace tiempo. Más de un año ha transcurrido desde la elección de junio del año pasado y. en lo personal, creo que hemos dilapidado -por distintas razones que no viene al caso analizar ahora- un precioso tiempo que se debió haber destinado a la consolidación del Acuerdo Cívico y Social, de su buen resultado electoral, y a ampliar su propia base de sustentación, mediante una firme y amplia convocatoria a la ciudadanía en general. Durante estos meses se han exhibido diferencias, no tan profundas pero sí demasiado expuestas y reiteradas, casi como la contracara de las estrategias de construcción de las otras dos alternativas: el kirchnerismo gobernante, y el pejotismo no k. Los primeros que agotan su discusión interna entre el pingüino o la pingüina, el cristino o la cristina. Los segundos porque han logrado disimular las enormes falencias y cualidades de sus dirigentes, mediante el montaje de una fotografía que simplemente los muestra juntos. La única expresión de unidad o acercamiento de algunos referentes y partidos del Acuerdo Cívico y Social ha sido el cierre de nuestro acto en Mar del Plata. Ese Acto mostró además nuestra voluntad de ampliación del espacio, para avanzar por lo menos en la interacción de otros dirigentes con los que nos resultaría satisfactorio compartir un frente político electoral. No todos entendieron el mensaje y faltaron a la cita, pero insistimos siempre en que visualizamos la necesidad y construimos con esperanza la posibilidad de un frente que, desde lo programático, nos exprese junto a muchos más de los que estamos. El GEN ha ido consolidando durante todo este tiempo su fortaleza no sólo en la construcción formal del Partido, sino en la explicitación de un conjunto de ideas que han ido cobrando cuerpo en el debate de la política y de la sociedad. Hay oídos atentos a nuestras voces y hay respuesta a nuestras convocatorias. Hemos alcanzado presencia y reconocimiento público y hemos ganado de este modo la legitimidad para formar parte activa y protagónica del armado frentista que sostenemos con vistas a las elecciones del 2011. Pero hoy nos empieza a apurar el tiempo, no el de la política sino el de la sociedad. De la misma que expresa su hartazgo y su demanda, de quienes han decidido cambiar para mejorar, de quienes no quieren volver atrás ni perder la perspectiva de un futuro distinto y más justo. Una enorme porción de la población argentina rechaza el estilo y el gobierno de los Kirchner. Y frente a eso es necesario construir una salida que implique siempre despegue, crecimiento, progreso. Solamente las fuerzas honestamente progresistas que pueden expresar un proyecto de país productivo, inclusivo, igualitario, justo, pueden dar un salto hacia adelante. No pueden hacerlo las falsas centroizquierdas que toleran la concentración, la corrupción y el capitalismo de los amigos. No puede hacerlo una derecha recalcitrante que se resiste al reconocimiento de la igualdad de las personas en sus derechos o que sigue pensando que la cárcel es la única solución para los pibes en conflicto con la ley. Entre los que quieren ese cambio con progreso social, para hacer de la igualdad un destino posible, está el GEN, como están tantas otras organizaciones políticas y sociales. Por eso tenemos la enorme responsabilidad de no permanecer pasivos en el tiempo que nos toca y por eso nuestra posición en favor de la construcción de un frente amplio y progresista que se sienta en capacidad de gobernar la Argentina, exige avanzar en la búsqueda activa de un cronograma y un compromiso programático y de reglas, que vaya consolidando el espacio, debatiendo todo lo necesario para alcanzar un buen acuerdo que incluya el desafío de la gestión como objetivo razonable. Con estas ideas estamos conversando con las fuerzas políticas y sociales, con los dirigentes afines, con los que tienen representatividad y responsabilidad política, para llevarles nuestro mensaje: no podemos permitir a Kirchner andando solo en un proceso electoral que nosotros vemos como distante mientras él, con su poder y sus recursos, va comiendo el territorio. Ni dejar librada la esperanza de cambio a que los desencantados de esa oferta (del oficialismo) vayan migrando hacia lo más de lo mismo o algo peor. El Acuerdo o el Frente que vayamos a integrar no puede postergar sus definiciones hasta el mes de agosto del 2011, fecha en que se realizaría la elección interna, primaria, abierta, simultánea y obligatoria, sometiéndonos a un proceso insano por lo confrontativo y desgastante para llegar exhaustos con una fórmula recién 40 días antes de la elección general. Por eso, proponemos: que todas las organizaciones afines, acordemos un cronograma de trabajo a fin de: 1) como prioridad, definir 10 puntos programáticos que expresen el proyecto de país que proponemos; 2) la conformación de tantos equipos técnicos interpartidarios para desarrollar esa propuesta; 3) la fijación de una fecha límite en este año para acordar sobre ella, firmarla y comprometernos a sostenerla, de manera tal de definir por este mecanismo quiénes somos finalmente todas las partes que integramos este Frente; 4) el establecimiento de reglas de juego, con horizontalidad, previsibilidad respecto de los mecanismos de toma de decisiones, resolución de conflictos y nominación de candidaturas; 5) que todos los partidos definan las candidaturas en el presente año y de acuerdo a sus respectivos marcos orgánicos estatutarios; 6) fijar una fecha que no debería pasar de marzo del año próximo para que, una mesa de consenso de todas las partes, defina la conformación definitiva de listas de candidaturas y especialmente, la fórmula presidencial a competir como expresión de todos los integrantes, en la elección de octubre del 2011. Estos puntos deberían formar parte de nuestras estrategias provinciales y distritales para facilitar desde lo local, la conformación de ese frente amplio y progresista que estamos proponiendo. Este es un tiempo de cambio y nosotros debemos ser los agentes de este cambio fundamentalmente cultural que la Argentina necesita, para que las ideas vuelvan a trascender a las personas, el proyecto colectivo a las aspiraciones individuales y el cortoplacismo pueda ser superado por la mirada comprometida hacia el futuro. Un fuerte abrazo, Marga

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