miércoles, 10 de junio de 2009

Por una Provincia donde haya lugar para Todas y Todos

Por una Provincia donde haya lugar para Todas y Todos "Mi propuesta y las de los que formamos el Acuerdo Cívico y Social, se basa en la construcción política asentada en la búsqueda de consensos sobre nuestros “fines” y sobre nuestros “métodos”. Joan Robinson decía, con mucha razón, que “los modelos, en economía, constituyen una caja de herramientas”. Esas herramientas son lo que en política constituyen los fines, y en la vida diaria, los métodos. Mi propuesta y las de los que formamos el Acuerdo Cívico y Social, se basa en la construcción política asentada en la búsqueda de consensos sobre nuestros “fines” y sobre nuestros “métodos”. Nuestro fin es achicar las desigualdades. Nuestros métodos: las reformas, el diálogo, la concertación en base a la diversidad y el respeto por las libertades. Queremos ver a la Provincia como motor del desarrollo nacional. Que logre un desarrollo armónico de sus regiones y que sea relevante en las definiciones nacionales. Queremos una Provincia con un Estado transparente y ejemplar en sus relaciones con los municipios. Creo que es posible llevar adelante un modelo de Provincia en el que haya lugar para todos, y necesitamos seguir creciendo para implementarlo. Sé que hace falta generar un desarrollo económico autónomo, a través de nuestras ventajas comparativas y competitivas, para insertarnos en el mercado internacional. Creemos que podemos generar riqueza regional mediante una gestión planificada, basada en la articulación entre los sectores público y privado. Y somos conscientes de que el sistema financiero provincial, con una política tributaria por nivel de ingreso y patrimonio y una banca pública orientada a la producción y el desarrollo científico tecnológico, puede ser el soporte de la producción. El criterio que nos orienta es la cuestión social. En la construcción de nuestro modelo de Provincia nos guían la clase obrera, los asalariados de los servicios, los sindicatos, la fábrica y, especialmente, el mundo de la precariedad: los jóvenes asalariados precarios y los excluidos sociales. Para ellos, proponemos llevar a cabo una política social universal inclusiva que asegure un ingreso mínimo a los jóvenes de hasta 25 años, educación de calidad y un seguro provincial de salud. También asumimos la voluntad de buscar nuevas normas, nuevas actitudes, nuevos lenguajes, una nueva gramática de la política y una reforma del Estado provincial. Modernizar las herramientas estatales de políticas públicas que hacen posible llevar adelante todas las demás políticas particulares. Buscamos construir un nuevo Estado provincial que se constituya en una organización al servicio de la sociedad, que dinamice la actividad económica, que propicie la igualdad social y que brinde un marco favorable a la participación de todos los ciudadanos en las tomas de decisión. Pensamos en un Estado provincial que articule las redes y tramas institucionales que viabilizan el trabajo, la producción, el cambio y la innovación, haciendo de “lo local” el planificador central de todo el impulso al crecimiento y el desarrollo económico-productivo. Tenemos que recuperar un Estado presente. Un Estado provincial que establezca una dedicación plena y prioritaria para el Área Metropolitana de Buenos Aires con una agenda que se ocupe de temas tan diversos, urgentes y preocupantes como el transporte público de pasajeros en (y desde) el Gran Buenos Aires, la situación ambiental de las cuencas Riachuelo-Matanza y Reconquista y la atención de la salud pública en el conurbano. Estoy convencida de que, cuanta mayor conexión con las esperanzas y la voluntad de fondo de la sociedad, con sus anhelos, esperanzas y angustias más profundas, mayor fidelidad política y eficacia en los cambios. Soy parte del Acuerdo Cívico y Social, y quiénes formamos parte de él tenemos un “principio energético” interior que nos rebela y nos produce una indignación activa ante la desigualdad. Tenemos la convicción de que la desigualdad entre los hombres no es intrínseca. Podemos disminuir la brecha entre pobres y ricos. Y es nuestro deber crear un modelo de Provincia que corrija estas diferencias. Se pueden corregir, existen instrumentos a nivel de la provincia y también para el país. Para ellos necesitamos una Sociedad Estable. La Argentina según datos de CEPAL, lidera el ranking de crisis recurrentes en relación a otros países de América Latina, que en todos los países ha complicado severamente el crecimiento, el desarrollo y la equidad social. Estamos aquí para cambiar esa tendencia histórica, hacia una Sociedad Estable. Quiero trabajar para dar certeza a los ciudadanos sobre sus condiciones futuras pensadas desde el presente, que no impliquen cambios bruscos permanentes sobre sus formas de vida, su nivel de vida y su sendero de planificación familiar. Es hora de establecer los mecanismos necesarios para un sendero de crecimiento y desarrollo inclusivo de mediano plazo, en el que las discusiones sobre los temas centrales como son hoy la educación, la seguridad, la modernización, la distribución de las rentas, se hace en el marco de la calidad de las instituciones republicanas, políticas y/o económicas. Una Sociedad Estable, implica que se asignen eficazmente los recursos conjugado con políticas de desarrollo económico, de inversión en infraestructura y en capital humano, orientadas a promover las actividades productivas y de innovación. De esta manera, la redistribución de la riqueza tendrá bajo nivel de conflictividad, porque las reglas estarán claras y el destino de los recursos será palpable. Finalmente, una Sociedad Estable se construye con certidumbre en la toma de decisiones, y una clara transparencia institucional. Es el momento del cambio. No del que redactan los publicistas que más cobran para vender a sus candidatos. Es el momento del cambio seguro el que conecta las esperanzas de la sociedad con la voluntad política de cambiar. Hay que reivindicar la coherencia política. Yo estoy aquí para cumplir con cada anhelo que nuestra propuesta despierta a los que nos están eligiendo como opción. Me comprometo a tener conducta, a cumplir con lo que enuncio. Hoy no es poco en política. No estoy gastando de más, ni estoy atada a favores personales. No tengo deudas que pagar entre los políticos y los empresarios. Sólo debo la coherencia y la eficacia en seguir en un camino que día a día mejore la calidad de vida en nuestra provincia y en nuestro país. Mejorar y transparentar la política se traduce en el bienestar general No me atan compromisos con estructuras de la política, mi único compromiso es poder ser un instrumento de cambio real para que cada voto valga la pena. Margarita Stolbizer

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