sábado, 12 de septiembre de 2009

La obligación de ser mejores

OPINIÓN Por Gustavo Cremaschi (11/09/09 – La Plata PBA)) Seguramente cuando estas líneas estén escritas ya habrán salido en casi todos los medios profusas críticas, a la fantochada realizada por el Gobierno al mandar invadir con inspectores de la AFIP a varias empresas en la Ciudad de Buenos Aires. Centralmente a varias del Grupo Clarín. Todo en el momento en que se debate la ley de medios y el diario del hombrecito había denunciado un “error” de la ONCA por unos diez millones de pesos al subsidiar a una empresa que no existía legalmente. Naturalmente me uno en el rechazo a la burda maniobra pensada en una alcoba de Olivos y mandada a ejecutar al soldadito Echegaray. Pero si sólo se hiciera eso no estaríamos aportando gran cosa a la modificación de la realidad. Seríamos, como lo somos en ese sentido, una voz crítica más. Creo que tenemos no sólo el derecho sino la obligación de ir más lejos. En efecto debemos aprovechar estas ocasiones que nos da la realidad para transmitir a la ciudadanía cual es la forma en que nosotros ejecutaríamos nuestra acción de gobierno. En suma se trata, como ya se dijo muchas veces, de evaluar los hechos que la realidad nos ofrece desde la posición que tendríamos sobre ellos desde el gobierno. En suma no actuar de acuerdo a la conveniencia del momento, lo que muchas veces puede contradecir nuestro pensamiento profundo, sino hacerlo desde ese lugar de la convicción ideológica. Debemos demostrar que podemos gobernar si explicadores Profesionales como el poliministro K Aníbal Fernández. Esto no es ni más ni menos que lo que la gente le reclama a los Partidos Políticos. Saber como van a decidir en el futuro con el voto que le prestan. Tantas veces hemos dicho ya que ese es el eje de la política; ser previsibles. Por lo dicho en este caso no hay que equivocarse, el Grupo Clarín no necesita que yo lo defienda, tampoco el empresario De Narvaez (otro de los invadidos ayer). Ellos son, bueno es decirlo por las prebendas otorgadas años atrás por el Justicialismo a través del Presidente Menem, enormemente poderosos. Se defienden solos. Tenemos además seguramente más diferencias que coincidencias con esos grupos multimediales. No me voy a tentar con el discurso de la libertad de expresión y el atropello. Adhiero a las críticas sensatas efectuadas, que ya las hay muchas y buenas. Es, sí, imprescindible transmitir a la sociedad el análisis de la causa por la que estas cosas pasan. Todo esto ocurre porque se ha conculcado el estado de derecho. Por eso el Sr. Echegaray puede decir que no sabía nada de lo que pasaba ayer debajo de sus pies (seguramente es cierto), como un comandante en jefe que asume desconocer que su ejército está en guerra sin renunciar en el mismo momento. Lo toma con la cínica e irresponsable naturalidad de quién sabe que lo que pasó volverá a pasar, pues no es él el que decide y que él está ahí sólo por una cuestión de forma. Lamentable pero cierto. No olvidemos como llegó él a ese cargo. Cuando la Presidente dice que le pidan a la AFIP la ruta de su evolución patrimonial, no hace otra cosa que reírse de nosotros. De todos nosotros. La Presidente fue exactamente para el lado contrario al que prometió en la campaña electoral. Prometió fortalecer la Institucionalidad de la República y no hizo más que des institucionalizarlo. La Presidente es la vocera presidencial. Las decisiones que vocea se toman como queda cada vez más claro en otro lado. Cercano a ella, pero otro. En esta situación no hay otro camino que la vuelta a los principios, por eso nuestro primer compromiso debe ser con el fortalecimiento Institucional de la República, aunque el mismo atente contra la ejecutividad, aunque parezca que lentifica la gestión de gobierno. Que los tres poderes se sientan recíprocamente controlados, que los funcionarios se honren las funciones para las que son designados. Que todos sepamos que las Instituciones nos cuidan protegiendo el bien común. Los Partidos Políticos progresistas, y el GEN en particular, deben ser la garantía de cumplimiento de los preceptos constitucionales y las pautas programáticas con las que se comprometen con la sociedad. Si no es así los Partidos Políticos no tendrán sentido, no serán una necesidad para la gente y desaparecerán. Por eso el título de este mensaje. Debemos obligarnos a ser mejores.

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