jueves, 22 de julio de 2010

El Caso Macri complica la unidad opositora en Diputados

El proceso judicial que involucra al jefe de Gobierno Mauricio Macri con una red de espionaje ilegal que funcionaba en el seno de su administración golpeó la unidad que, con matices, mantienen los bloques de la oposición en la Cámara de Diputados de la Nación. Es que si bien este grupo aunó posiciones en temas como la reforma del Consejo de la Magistratura, la regulación de los decretos presidenciales y la restricción de los superpoderes, en esas y en otras cuestiones que no llegaron al recinto hubo una clara diferenciación entre los bloques mayoritarios y los de centroizquierda. En este último sector se enmarca el interbloque de 11 diputados que se define con ese mote (donde están Proyecto Sur, Libres del Sur, Solidaridad e Igualdad y Diálogo por Buenos Aires), a quienes se agregan de a ratos los 6 socialistas (tan unidos como orgánicos), los 5 del GEN (aunque con diálogo cercano a la UCR) y los 3 del Frente Cívico. El casi Macri agrandó la distancia entre estos dos bandos: mientras la UCR, el Peronismo Federal y la Coalición Cívica prefieren que la furia opositora se restrinja a la Comisión Investigadora de la Legislatura porteña, el resto está dispuesto a pedir la cabeza de Macri. La postura de la Coalición Cívica la lideró el diputado nacional Adrián Pérez, oriundo de la provincia de Buenos Aires pero elegido por Carrió para competir en Capital Federal. Lo secundó el legislador porteño Fernando Sánchez y también estuvieron el diputado nacional Alfonso Prat Gay y la senadora Eugenia Estensoro, quienes junto a Pérez presentaron un pedido de investigación ante la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos de Seguridad e Inteligencia del Congreso. Reclamaron investigar “la posible connivencia de los organismo de inteligencia, las distintas policías y los juzgados federales en relación a la intervención y escucha ilegal de teléfonos, entre otras cuestiones”. Esa bicameral la preside la diputada pampeana Irma García, del Peronismo Federal, cuyo jefe, Felipe Solá, fue el más benévolo con Macri. A través de un comunicado dijo estar "sorprendido" por la resolución judicial y le deseó “lo mejor para el juicio oral si se diera, porque la situación es muy compleja” "Nadie quiere entrar procesado a una campaña presidencial, y por eso tiene derecho Macri a pedir que se acelere la causa. Y la Justicia tiene que entender esa situación", agregó el ex gobernador y sostuvo que "sería bueno que todo el mundo tuviera acceso a las pruebas que dice tener la Justicia". Lejos de esa comprensión, el diputado socialista Roy Cortina opinó que “por respeto a la ciudadanía, Macri debería pedir licencia hasta que se aclare su situación procesal”. Ante Lpo, el legislador justificó su postura: “Estamos ante una posición inédita en los 27 años de democracia de un gobernante que, como van los hechos, podría estar ejerciendo mientras enfrenta un juicio oral”. Desde Proyecto Sur fueron más duros. “¿Qué legitimidad puede tener para legislar alguien acusado por cuatro jueces de trasgredir la ley?”, se preguntan. Con Fernando “Pino” Solanas a la cabeza, el interbloque de centroizquierda no quiere siquiera sentarse a discutir aparte con el Pro y evitó una foto con diputados de esa bancada fuera del recinto. Posse lo defiende El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, radical K en 2007 pero ahora enfrentado al Gobierno, sorprendió al poner bajo total sospecha el procesamiento del jefe de Gobierno. “No creo que Macri sea responsable, la causa está teñida con el color de la persecución”, afirmó. En el progresismo porteño no cayó bien que Macri redoblara la apuesta tras su arribo al país. Coinciden en que ya no pueden hablar de un juez (Norberto Oyarbide) sino de todo un sistema judicial. “Macri no puede juzgar a los jueces todo el tiempo”, sostuvo Cortina. Margarita Stolbizer, diputada y líder del GEN, se sumó este fin de semana al antimacrismo. “La causa en la que ha sido procesado (Macri) es sumamente grave y por eso es necesario que brinde explicaciones en la Legislatura". Stolbizer no tiene representantes en la Legislatura porteña pero ya abrió varios locales en la Capital, una forma de ampliar sus diferencias con su ex socia Carrió. Pinedo, acorralado “La verdad, no me gustaría estar en el rol de Federico”, confesó a LPO un diputado de uno de los bloques mayoritarios de la oposición que, como casi todos los referentes de los sectores no oficialistas, mantiene una relación cordial con el jefe del bloque Pro. Pinedo aprovechó esa sintonía para intentar convencer a sus colegas de que Macri es inocente. “Su argumento es que le faltó cintura política para no nombrar a toda esa gente”, relató a LPO el mismo diputado, que escuchó su defensa. Lo difícil es que mientras busca no aislar a los suyos, en el recinto se vio obligado a trazar las primeras diferencias sustanciales con el resto del Grupo A, donde suelen imponerse posturas más progresistas. Este escenario se plasmó cuando se trataron reformas laborales y en la reciente discusión por la protección de los glaciares: en ambos casos, el Pro no adhirió a la posición del resto de la oposición. Tampoco está del todo conforme con la letra chica de los dos proyectos para reformar la regulación de las entidades financieras, con autoría de Gerardo Milman (GEN) y del oficialista Carlos Heller. El ataque a Elisa Carrió del jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien la acusó de cambiar de postura, quizá altere la armonía que la chaqueña mantiene con Pinedo en el recinto. U obligue a Pinedo y sus diez compañeros de bancada a separase del resto y ser una oposición aislada.

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