jueves, 27 de agosto de 2009

Carrió no se muda a la Provincia y se alivia la interna con Stolbizer

Por Noelia Barral Grigera Militar, sí. ¿Habitar? Definitivamente no. Elisa Carrió reflexionó sobre su idea post-electoral de cambiar su domicilio a la provincia de Buenos Aires y decidió que le gusta mucho su departamento de Barrio Norte como para alejarse de la Ciudad. Archivó así –dicen sus colaboradores que irreversiblemente– la posibilidad de ser candidata en representación del distrito en el que hasta junio apoyó a la líder del GEN, Margarita Stolbizer. La decisión se suma a la posibilidad adelantada por El Cronista en su edición de ayer de que Carrió abandone la idea de convertir a la Coalición Cívica en un partido único. Dos escenarios que podrían ayudar a distender la pelea interna que desde hace un mes mantiene con Stolbizer. A la sazón, dos movidas que se generaron luego de que los diputados Juan Carlos Morán y Francisco Ferro, y el intendente de Azul, Omar Duclós, se reunieran con la chaqueña para intentar acercar posiciones entre las aliadas. Y, aunque cerca de Carrió aseguran que no fue ése el motivo detrás de las situaciones, admiten que, de quebrarse la alianza con Stolbizer, la chaqueña no sabe quién podría ser su candidato bonarense en 2011. Si es que tiene alguno. En el GEN la cuestión está más clara, y hay quien dice por lo bajo que tanta claridad es –en parte– responsable de la pelea con el ARI que responde a Carrió. Stolbizer aseguró que no buscará otra vez la Gobernación de la Provincia. Sostiene que después de perder dos veces en las urnas, es su deber dar un paso al costado. Asegura además que está cansada del trajín que Buenos Aires le imprime a cada campaña. Carrió y sus confidentes descreen de esa explicación. Están convencidos de que la líder de GEN aspira a un cargo nacional. “Quiere ser vice de Cobos o de Binner”, aseguran. La primera posibilidad, como publicó este diario quince días atrás, no resulta disonante a los oídos del vicepresidente. En ese caso, su candidato a gobernador de la Provincia sería el actual jefe de Diputados en la Legislatura, Jaime Linares, que solo por eso ya mereció en privado los dardos de Carrió. Las gentilezas fueron mutuas. “Ella sólo defiende su proyecto personal”, la acusó el legislador días atrás. El enfrentamiento, que se profundizó con las declaraciones y movimientos altisonantes que para las cámaras ensayaron ambas aliadas, caló tan hondo entre la tropa provincial que un armisticio parece más que difícil. Tanto es así, que cerca de Carrió reconocen que, hoy por hoy, la chaqueña es la única que podría tender el “puente de plata” que la reconcilie con Stolbizer. Ayudaría a la construcción de ese ducto la decisión de que la Coalición Cívica no pase a ser un partido único, sino una confederación de fuerzas que respete las individualidades de cada uno de los sectores que la componen. Es una idea que Carrió evalúa no sólo a partir de la negativa de Stolbizer a licuar su GEN en la CC; sino también por las resistencias que encontró en sectores del ARI y en el UPT de Patricia Bullrich. Con una confederación –que legalmente debe cumplir prácticamente los mismos requisitos que un partido para ser reconocida por la Justicia Electoral– la chaqueña cree que conseguiría los objetivos principales que la impulsaron a pensar en armar un partido único, pero sin herir susceptibilidades. Es decir, Carrió estima que dando a la Coalición una Carta Orgánica y un mecanismo de elecciones internas, logrará una unidad en los criterios de decisión y dificultará rebeliones como la desatada a partir de la invitación al diálogo político que cursó el oficialismo y que mostró a Stolbizer sentada en la Casa Rosada junto al ministro Randazzo. Tras los cruces, de hecho, ambas dejaron de lado la pirotecnia verbal. Un síntoma de que la interna podría, tal vez, transformarse en agua bajo el puente.

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