sábado, 5 de diciembre de 2009

OPINION II

La crisis de representación y el derrotero de los partidos traicionados por sus más encumbrados miembros parece seguir tocando con su varita hasta aquellos que decidieron poner en marcha un proceso de construcción distinta, dando valor a cada militante en su propia formación y participación en la toma de decisiones. Ni de este modo, pudimos evitar lo que para algunos ha sido solo una profecía auto cumplida. Solo que a veces los nombres cambian. La cooptación (fenómeno que creíamos reservado a las peores prácticas del kirchnerismo, que define la práctica de los dirigentes telefoneando con ofertas a los miembros de otros partidos para llevarlos consigo, mejorar posiciones y debilitar las ajenas) o el transfuguismo (atribuido al Dr. Borocotó como figura principal, que según Wikipedia es la denominación que en política se atribuye a aquellos representantes que traicionan a sus compañeros de lista o de grupo, para cambiar mayorías, por motivos ilegales, inconfesables y socialmente inaceptables más que ideológicos) a veces se disfrazan con argumentos falaces que solo procuran disimular acciones para explicar lo inexplicable. Para algunos, lo que nos pasa puede ser la muestra de una crisis de crecimiento, del Partido y de sus dirigentes, lo que nos (y los) expone mucho más a ese tipo de práctica repudiable. Para otros, lo que nos ha pasado ahora es lisa y llanamente lo que nos tenía que pasar tarde o temprano. Si hubiéramos sabido a tiempo que Morán no firmaba sus proyectos o demandas con los compañeros del GEN, o que durante todo este año no pagó sus aportes partidarios, como sí han hecho el resto de nuestros militantes. O hubiéramos advertido a tiempo sobre su desinterés por nuestro partido y nuestras reuniones desde que llegó a la Cámara de Diputados, entre otras cosas, con nuestros votos y nuestro trabajo. Los argumentos usados para encadenar hacia abajo la misma táctica de la cooptación, son falaces e infames. El primero es un pretendido acercamiento del GEN con el cobismo. EL GEN NO ESTA EN EL COBISMO. Sencillamente porque resistiremos volver a cualquier lugar manejado por aquellos que nos espantaron de la UCR (y que todos sabemos quienes son). EL GEN ESTÁ DENTRO DEL ACUERDO CIVICO Y SOCIAL cuyas reglas y programas vamos a discutir y a aceptar en el momento que corresponda. EL GEN ES UN PARTIDO QUE SOSTIENE LOS PRINCIPIOS DE LA INTERNACIONAL SOCIALISTA (libertad, igualdad, solidaridad) y con esas ideas vamos a trabajar para tener un gobierno democrático, republicano y progresista en el 2011, rechazando cualquier intento de ser funcionales al kirchnerismo o a cualquier otra expresión del PJ, o al riesgo de doble vuelta con dos fórmulas del mismo partido. El otro argumento ha sido la instalación de una infame sospecha sobre el manejo y distribución de los recursos que provienen del aporte que sobre sus ingresos y haberes hacen nuestros legisladores. Nadie mejor que quien ha hecho ese cargo para conocer los vericuetos de la caja provincial. Nadie con menos autoridad que quien ha ido personalmente a negociar esta semana con el bloque ARI-CC para repartir el dinero que les ha reportado el pase de los dos legisladores del GEN a ese otro partido. Anualmente, el Partido con todos los representantes de todas las secciones electorales y todos los legisladores, viene realizando una reunión cerrada de debate político, definición de estrategias y adopción de criterios para la distribución de los recursos de manera proporcional, transparente y cubriendo las necesidades y compensaciones de todas las secciones. Y así es como se han venido sosteniendo locales, actividades, designaciones, etc. El Instituto GEN ha funcionado con ese mismo aporte, pudiendo mostrar una enorme cantidad de acciones y proyectos implementados durante estos dos años. No hay que dejarse arrastrar por la hipocresía de quienes buscan con el agravio o la mentira justificar sus propias acciones, guiadas por otros intereses no explícitos. Hay que cuidar nuestro partido y a nuestros dirigentes, exigirles, obligarlos a asumir sus responsabilidades y a nunca dejar de ser militantes, soldados de la causa. Para impedir que pueda colarse entre nosotros la copia doméstica de las malas prácticas políticas. Vamos a estrechar nuestras filas y a salir a la calle para volver a crecer, nosotros somos la esperanza y también tenemos utopías. Caminamos gracias a ellas. No dejemos de hacerlo. GEN

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