SOBRE EL VETO PARCIAL A LA LEY DE “REFORMA POLÍTICA

Con el veto parcial de la ley 26.571, falazmente denominada “Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral”, el gobierno no hace más que ratificar su claro propósito de aniquilar a las fuerzas emergentes, consolidando los viejos aparatos de los partidos tradicionales, sin la mínima intencionalidad de mejorar la calidad de un sistema político sumido en una crisis de representatividad que agudizó la fragmentación política y social. Tal como sostuvimos al debatir la ley, se trata de una norma que –bajo el velo de la democratización, la transparencia y el fortalecimiento del sistema político- sólo pretende allanar el camino del oficialismo con miras a las elecciones de 2011, barriendo a otras fuerzas y resolviendo la interna del Partido Justicialista a través de las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Pero con el decreto 2004/09, que veta los artículos 107 y 108, el Poder Ejecutivo fue más allá: ya no sólo se imponen exigencias formales casi inalcanzables para la constitución y mantenimiento de los partidos o agrupaciones políticas, sino que se elimina el plazo de dos años para adecuarse a la norma, despojándola de la mínima cuota de razonabilidad y previsibilidad que la misma requiere. Reiteramos, con la misma convicción que lo hicimos anteriormente, que en lugar de procurar el fortalecimiento de los partidos políticos -los emergentes y los históricos- como instrumentos de participación y transformación de la realidad, afianzando el vínculo entre el ciudadano y el partido, se aprobó una reforma electoral a la medida de los intereses de los partidos tradicionales y principalmente, de la necesidad coyuntural del oficialismo. Horacio Alcuaz – Virginia Linares - Gerardo Milman - Fabián Peralta – Margarita Stolbizer